Entre hilos, retazos de tejidos y recuerdos, un grupo de mujeres de Santa María de Fe, departamento de Misiones, mantiene viva una tradición artesanal nacida hace más de cuatro décadas. En el Taller de la Hermandad las artesanas bordan sus historias y realidades, con coloridas figuras hechas con retazos de tela, que forman personajes y escenarios propios del campo misionero.

Las primeras puntadas de una larga historia de arte

“Hace unos cuarenta años y algo que trabajo en la artesanía”, recuerda Jerónima, una de las integrantes más antiguas del grupo.

La historia de las artesanas del Taller de la Hermandad comenzó hace 45 años, guiadas por hermanas religiosas españolas: Ana, Tere y María; quienes, en vista de la falta de oportunidades laborales para las mujeres del lugar, les enseñaron técnicas de costura, bordado y apliques sobre telas. “Antes acá no había trabajo. Éramos nuevitas y empezábamos a trabajar”, cuenta una de ellas.

Lo que cuentan a través del oficio

Las artesanías del taller no son como cualquier otra: poseen un encanto especial. Son piezas textiles únicas que confeccionan una narrativa; cada diseño cuenta algo de su propia vida cotidiana. “Nuestros trabajos son nuestra identidad, nuestra realidad, lo que nosotras pasamos”, explican.

 Los bordados, que ornamentan cartucheras, remeras, manteles y llaveros, relatan escenas de la vida campesina: mujeres trayendo agua del pozo, lavando en el arroyo, yendo a la chacra, criando animales. En esas imágenes simples se conserva la memoria del trabajo femenino y de una forma de vida comunitaria.

“Traíamos agua del arroyo, lavábamos la ropa ahí, y eso bordamos. Esa es nuestra identidad de campesinas.”

La resistencia de las artesanas frente a la crisis

A lo largo de los años, el grupo enfrentó momentos difíciles. En una ocasión, perdieron el local donde trabajaban debido a problemas económicos y legales.
 “Nos desalojaron. Llevaron las pocas cosas que teníamos… y nos llegó una demanda judicial. Nos amenazaron que íbamos a ir al Buen Pastor”, recuerdan con tristeza.

Lejos de rendirse, las mujeres se unieron, se manifestaron y encontraron ayuda en la comunidad, así lograron recuperar sus herramientas y volver a empezar. “Nos caímos y nos volvimos a levantar.”

Con el tiempo, una benefactora inglesa llamada Margaret, las ayudó a establecerse en un nuevo espacio. Desde entonces, hace más de veinte años, el grupo sigue trabajando en su taller actual, hoy integrado por doce mujeres que continúan la tradición iniciada por sus madres y abuelas.

Una tradición en riesgo de extinción

De las mujeres pioneras, que se iniciaron en el trabajo artesanal con las hermanas, son tres las que aún permanecen: Jerónima, Yolanda y Claudia. Las demás fueron incorporándose al taller por el camino, hasta llegar a conformar 35 trabajadoras; más tarde, fueron retirándose de a poco.

Hoy, la producción de su artesanía se está menguando cada vez más, con el cambio de rubro de las herederas de este saber, que abandonaron la práctica tras haber concluido sus estudios. Con cada vez menos artesanas y baja rentabilidad, este arte podría perderse.

Un proyecto de innovación y diseño de artesanía

Por eso, la Dirección de Investigación y Postgrado del ISBA y la profesora Leticia Cardozo, están encabezando un proyecto con el Taller de la Hermandad para la conservación, promoción e innovación de sus diseños. El proyecto busca posicionar la artesanía como un icono del Departamento de Misiones y llevarla más allá de sus confines.

El objetivo es desarrollar un plan de arte y diseño que vincule a Bellas Artes con el sector artesanal paraguayo para fortalecer la investigación, innovación y producción sostenible, preservando los saberes tradicionales y combinándolos con tecnología. Además, la formación de nuevas generaciones, la mejora de la gestión y comercialización, promoviendo la economía circular y fortaleciendo las capacidades institucionales del ISBA.

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