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Entrevista a Jiva Velázquez

Del ISBA al Teatro Colón 

En un fugaz paso por Asunción, el egresado de la Escuela de Danza de Bellas Artes que integra la Compañía de Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires, pasó por el ISBA y mantuvo con nosotros una amena charla. Con apenas 23 años, Jiva lleva recorrido un largo camino con la danza que lo acompaña desde los 6 años y hoy, se ha convertido en el eje de su vida profesional. 

Jiva nos cuenta que estuvo 8 años en  el IMA, ingresó al mundo de la danza a los 6 años, luego, en el 2009 ingresa a la Escuela de Danza del Instituto Superior de Bellas Artes donde permaneció hasta hacer el profesorado a la edad de 13 años. 

Para Jiva, sus inicios con la danza eran como un juego. “Uno lo toma más como un juego pero aún no sabe si ese es o no el camino que va a seguir. Mis padres querían que siguiera una carrera en la universidad”. Recuerda. Así, en el 2013, con 17 años, cuando se preparaba para ingresar a la universidad, a la carrera de periodismo, viene a Paraguay la directora del Teatro Colón, Lidia Segni, para dar un curso al que Jiva se inscribió, sin saber que a partir de allí, su vida daría un giro insospechado. 

Un giro inesperado 

“Cuando terminé el curso ella me propuso ir al Colón, algo que sería con contrato”. Así, en una semana, Jiva estaba viajando a Buenos Aires, a seguir con ese camino que lo encontró desde niño, lo lúdico que con el paso del tiempo lo convertía finalmente, en un profesional de la danza. 

Nos cuenta que cuando recién llegó, para él fue todo un proceso de adaptación. “Allá es todo mucho más estructurado con un cronograma de trabajo para los ensayos y organizado”. 

Jiva explica que no fue difícil porque era algo que le gustaba, pero que le llevó un tiempo acostumbrarse a los cambios. “Tuve un maestro con el que aprendí la danza de otra manera, desde el interior, desde el conocimiento del propio cuerpo. Eso me ayudó para poder trabajar mi cuerpo de otra forma, porque algo que tiende a suceder es que nos sentimos cómodos en el lugar en que estamos y nos olvidamos de que debemos preocuparnos por mejorar cada día. Te ayuda a no estancarte”. Señaló. 

Jiva comenta que el Colón ya tiene su público estable, que sigue al ballet, y en particular a los bailarines. “Se tiene ya un público cautivo, que va a todas las funciones. Acá eso no sucede”. Agregó. 

Consultado acerca de su experiencia como integrante de una importante compañía como la del Teatro Colón con respecto a lo que es bailar en escenarios nacionales, Jiva nos comenta que encuentra una gran diferencia a la hora de una puesta en escena. “En nuestro medio se ve mucha precariedad, no solo en la danza sino también en el ámbito del arte en general. Pensando desde las necesidades más básicas o si queremos ponernos más exigentes respecto al trato que se debería tener. Los bailarines aquí no tienen sus camarines, deben recurrir a un baño a cambiarse. Hay que ocuparse de todo lo que hace al baile, de todo lo que permite que un artista brille en el escenario. Hay que arreglarse solo, cuando que en cualquier país del mundo las cosas son muy diferentes. Es una lástima porque el bailarín debería preocuparse solo por bailar y dar lo mejor de sí en el escenario. Se torna mucho más desgastante el trabajo”. Nos asegura. 

Se trata de una carrera que exige disciplina. Jiva nos habla del tema. “Hay una autodisciplina que traes por los años de estar en la danza y la disciplina impuesta por el tipo de trabajo que debés realizar. No obstante, tenemos una libertad que es importante para el artista para poder desarrollarnos, expresarnos y tenemos voz, que es importante”. 

De cara a futuro 

“En este momento tengo estabilidad en el Teatro Colón. Puedo elegir quedarme, aprovechar que estoy bailando bastante. También tenemos espacio para crear obras. Contamos con un taller coreográfico, el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC) que está abierto para los bailarines, este año me anoté y estaré haciendo una obra a fin de año en el Colón. Quizás más adelante pruebe realizar una experiencia internacional, ir a otros países por un tiempo, ver cómo se trabaja”. 

Jiva Velázquez, deja un mensaje para aquellos que están interesados en la daza. “Fui alumno de Bellas Artes, donde mediante el juego y la diversión aprendimos a hacer arte. Aquí hay una importante libertad, un espacio para que el artista pueda expresarse. Es bueno aprovechar este espacio donde se puede llegar a profesionalizarse y a partir de lo lúdico del comienzo se dé un progreso en la vida de uno”.